Nunca había imaginado que un cuadro pudiera representar tanto y hacer que tantas sensaciones se agolpen, pujando por salir y quedar en nuestra memoria más reciente.
Las horas pasaban rápidas observándolo. No era solo lo que mostraba, había que mirar más allá. Ese cuadro era como un baúl donde guardamos aquello que hoy nos es antiguo pero de lo que nos resistimos a deshacernos. Es un lugar tranquilo donde reposan sentimientos, añoranzas, tiempos olvidados. Son historias tejidas de color.
Cierro los ojos y miro alrededor del cuadro con los ojos de la memoria. Veo niños corriendo, veo bromas y juegos. Siento aromas inconfundibles. Veo lugares por visitar, recuerdos reflejados en lo que no se ve de aquel cuadro pero que él solo es capaz de hacer rememorar.
Abro los ojos y miro de nuevo. Parece una ventana desde la que pudiera ver parte de mi pasado, de mi presente y seguro que de mi futuro.
Siente el aire que entra por él. Es aire fresco, sin contaminar. Es aire capaz de llenar tus pulmones, de embriagar cada uno de tus sentidos.
Espera no te oigo… ¿qué como es el cuadro? Lo siento pero ese es mi cuadro, mi ventana. Mira a tu alrededor… seguro que tú también tienes el tuyo.
domingo, 27 de febrero de 2011
UNA VENTANA DIFERENTE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Mi querido Palasoaris: Es verdad que cada persona tiene un cuadro diferente en donde están pintadas con trazos unas veces más intensos que otros todos los recuerdos de nuestra vida. Espero que el tuyo te despierte sonrisas.
Has tardado mucho en volver pero bien estálo que bien acaba.
Brisas y besos.
Malena
Publicar un comentario