viernes, 29 de febrero de 2008

TENER NUESTRO ESPACIO...

Dicen que la experiencia es el cúmulo de vivencias y lo que somos capaces de aprender de ellas. A menudo hay momentos en la vida en que nos damos cuenta de que llevamos mucho tiempo haciendo lo mismo, que la rutina se ha apoderado de cada uno de nuestros actos, que cada acto de nuestra vida es gobernado por infinidad de circunstancias cuando en realidad, lo único que debería gobernar nuestro actos es nuestra propia voluntad.

Nosotros somos los únicos dueños de nuestros actos pero no es menos cierto que nuestras decisiones están condicionadas por todo lo que nos rodea. Nuestra situaciones personales, los problemas del trabajo, nuestros valores, nuestra necesidad de fallar o no a los demás, nuestros compromisos sociales… todo ello condiciona cualquiera de nuestras decisiones.



Llegan momentos en que necesitas parar, saber que quieres hacer en realidad, hacer un inventario de sentimientos y necesidades, de vivencias vividas o por vivir, de directrices para buscar ese sitio en este mundo que algunas veces parece que nunca encontraremos. Momentos en que nuestras baterías se encuentras al límite, en que el esfuerzo parece no tener recompensa y donde nos preguntamos si no estaremos malgastando nuestro tiempo.

Para mí es en esos momentos donde hay que tomar espacio, distancia y ver las cosas desde todos los puntos de vista posibles. Alejarse bien física o psicológicamente para poder ser objetivo, para poder encontrar la tranquilidad necesaria que haga posible que nos sintamos bien con nosotros mismos, que haga que le encontremos sentido a todos nuestros actos y encontremos un lugar… nuestro lugar… el lugar que queremos ocupar y si no es así, al menos, encontrar sentido al lugar o situación que nos ha tocado vivir.




No se cuanto tiempo te llevará encontrar tu lugar o sentirte bien contigo misma pero cada día te visitaré esperando tu regreso.

jueves, 7 de febrero de 2008

ENTRE COSTUMBRES ANDA EL JUEGO...

Hoy he estado leyendo la prensa y hay algo que me ha llamado poderosamente la atención. Uno de estas personas, que pretenden dirigir nuestros designios durante los próximos cuatro años ha propuesto que los inmigrantes firmen una especie de contrato donde supuestamente se comprometen a “asimilar” las costumbres españolas.

Lo primero que he hecho es intentar buscar ese tipo de contrato en la página de la seguridad social; obviamente sin resultado ninguno pues no se trata de un contrato laboral. Luego mi conclusión ha sido que será algo nuevo (más tarde he oído que simplemente es una copia de un planteamiento francés).

Luego me he preguntado si no sería acatar las normas españolas. Pero claro… no debe ser eso tampoco, pues para eso ya existe un Código Civil y otro Penal que son de obligado cumplimiento para todos los residentes en territorio nacional, y que me corrija alguien si me equivoco.

Así que ni corto ni perezoso he decido echar mano un poco de la imaginación y entrar en el mundo de los surrealista e intentar hacerme una idea de esas costumbres que todo inmigrante deberá cumplir según ese contrato.

En lo laboral esta claro, no me cabe la menor duda, una costumbre muy propia nuestra es la del escaqueo. ¿Qué todo el mundo lo hace? Pues no, pero si es cierto que es una costumbre muy extendida por lo que supongo ellos tendrán que adaptarse y escaquearse como cualquier hijo de vecino. Ah y por supuesto estar siempre pendiente del reloj a ver si nos vamos a ir mas tarde de la cuenta.

En lo familiar también deberán aceptar nuestras costumbres y como no la principal y más española el arroz de los domingos en familia, con una buena copa después de comer mientras esperamos para ver el partido de la jornada.

Por supuesto está el tema del ocio, y de las mil fiestas que si no existen pues no las inventamos (que seguro que alguno ya se está frotando la manos pensando en el dia de fiesta para conmemorar la aceptación de nuestras costumbres por parte de los inmigrantes). Como no cuando llegue Navidad hay que ser más familiar, deberán asistir a la tradicional misa del gallo y a las múltiples cenas de empresa, familia, amigos, etc, etc.

En Semana Santa por supuesto todo el día a la calle a ver los Santos y como enciman tengan la suerte de caer en Sevilla habrá que seguir la costumbre y volverse capillitas visitando todos los Santos, que yo no se si serían todos buenos pero como dirían ellos “hay una jartá”.

Y la verdad es que habría muchísimas costumbres más a las que deberían acostumbrarse: los botellones del fin de semana, los atascos de dos horas, los insultos al resto de conductores, el dejar para mañana siempre lo que se pueda hacer hoy, aparcar en doble, triple o donde me salga de los c…., etc, etc.

En fin creo que son muchas las costumbres que existen y que ese contrato no se referirá a esto tampoco, porque la verdad seria de muuuuuchos folios de extensión.

Así que solo que me queda una posibilidad, y es que yo creo que este es un tema muy serio. Como puede uno pretender integrarse sin seguir la mejor de las costumbres españolas, nuestra seña de identidad en medio mundo, lo que hace que seamos seres tranquilos, lo que nos une a todos. Y esta si, a esto creo que se refiere y es que a todos los inmigrantes vamos a hacerles firmar un contrato donde se comprometan a acatar la mayor de nuestras costumbres: ECHAR LA SIESTA.



¡Manda huevos!