Un día ese tiempo se volvió insuficiente. Sus obligaciones cada vez ocupaban más tiempo de su vida y cada vez, con más frecuencia, tenía que suspender aquel ratito en el que sentía que podía mostrar su parte más interior.
Los niños perdieron su rutina de asistir cada sábado y cada vez eran menos los que asistían a las contadas ocasiones en que él podía acercarse a aquella pequeña librería que tan buenos momentos le había reportado.
No encontraba el momento de escribir su pequeño trocito de historia y cuando al fin encontraba el momento aquel trozo de papel en blanco parecía ser una barrera entre él y sus sentimientos. Las palabras que un día brotaron como el agua de un manantial ahora se resistían a salir escondidas en lo más profundo de la desesperación por no saber dibujar palabras que conformaran su pequeños trocito de historia.
Así llegó el día en que decidió olvidar aquella experiencia, olvidarse de las caras expectantes, olvidarse de las caras de aquellos niños cuando oían sus historias, decidió enterrar su complejo de Peter Pan y crecer. Asumir que el tiempo pasa y cada vez es menos el que se puede dedicar a lo que realmente llena nuestra alma de satisfacción.
Por última vez entró en aquella librería, se sentó en la alfombra, antes compartida, y ahora tan fría y hojeó su último cuento y sintió la brisa del mar y la fuerza de la tempestad.
El cuenta cuentos cerró su página y aquella alfombra del sábado por la mañana volvió a quedarse sin visitantes, sus cuentos en ella esparcidos eran la señal de que una vez allí hubo vida, pero el telón bajo y aquella alfombra cada vez se hizo más fría…
miércoles, 26 de noviembre de 2008
VOLVER EN CLAVE DE CUENTO (2ª parte)
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8 comentarios:
Y seguro que hoy él es una persona un poquito más triste y algún niño esta triste por no escuchar sus cuentos.
Es una triste história pero muy de nuestro tiempo, ese que sacrificamos sin saber muy bien el motivo.
Besos
Por desgracia hoy dia solemos dejar a un lado lo que mas nos llena por falta de tiempo. Pero muchas veces pienso, ¿merecerá la pena?
Espero que ese cuentacuentos saque un solo ratito para seguir haciendo felices a esos niños y por el mismo.
Espero la 3ª parte con ilusión.
Quiero pensar que ese hecho es algo momentáneo. Quién tiene alma de Peter Pan, no la puede abandonar de un plumazo. Yo en mis ratos de intimidad, cuando puedo abandonar mis obligaciones, me vuelvo pequeña y entro dentro de un libro que estoy escribiendo y me siento feliz allí dentro, porque mis sueños infantiles van saliendo poco a poco.
No dejes que la librería se quede sin cuenta cuentos. Nunca.
Un beso muy grande.
Malena
muy lindo.gracias por pasarte por mi aquelarre y vuelve cuando quieras.saludos
Belita: Tienes razón probablemente vamos dejando tantas cosas olvidas por el camino que nuestra vidad poco a poco se va volviendo mas gris... si no sabemos remediarlo a tiempo.
Un saludo y espero volver a verte.
¿Anonimo?: Nunca merece la pena dejar en el camino lo que nos llena por dentro. Quizás el cuentacuento tardó pero al final se dió cuenta.
Un saludo.
Malena: Pues como en la mayoría de las ocasiones estoy de acuerdo contigo. Pero a veces hace falta que algo o alguien te haga reaccionar y darte cuenta que para las cosas importantes siempre se tiene un huequito.
Un beso.
Seo. Gracias y tu tambien puede volver cuando quieras.
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