La voz sonambula

DUDAS.... O CERTEZAS

    Y es cuando peor te sientes, que lo ves  todo con claridad. Todas las dudas se van poco a poco convirtiendo en  certezas. Es en  esa conversación interior, cuando poco a poco te vas convenciendo de que lo que te conviene, no es lo que quieres, que salir suena a huida y que quedarse sería lo correcto lo mejor pero... ¿lo mejor para quien o para qué? 

    ¿Porqué todo es tan complicado? Quizás te equivocaste de tiempo, pero, la realidad, es que tu tampoco elegiste el momento. Quizás eres tu el que no entiende nada, el que se quedó fuera de un mundo que cada vez se te hace más extraño. Quizás sea solo, que no eres capaz de entender una cosa y la contraria  a la vez. También podría ser que te hubieses vuelto tan ciego que no seas capaz de ver más allá de tus certezas, pero, ¿porqué tienes dudas entonces?

    La certeza es muy clara, pero aún hay dudas. Mira  a tu alrededor, escucha, mira.. Todos tienen la certeza de qué es lo mejor, aunque esa certeza no es la tuya... o sí. Quizás tu sabes que esa es la certeza, la Certeza con mayúsculas, pero prefieres que las dudas la enmascaren para no admitir que no tienes dudas, que solo tienes certezas, pero que esas certezas duelen porque te hacen ver que ya no tienes dudas, pero que el hecho de no tenerlas duele porque te aleja de tus certezas al mismo tiempo que te acerca a la tranquilidad. O quizás sea la gran certeza, que con dudas o sin ellas, con certezas o sin ellas, la tranquilidad no existirá y, si no va a existir, para que hacerle caso a las certezas, mejor quedarse con las dudas.